
Ser amigo íntimo de Tom Cruise tiene un bonus especial: ver en exclusiva una lección magistral de cine que dura seis horas
Rápido, piensa un actor actual al que podrías colgar el sambenito de «demasiada pasión por lo suyo». ¿Tom Cruise, verdad? Hace sus propios stunts de riesgo, coproduce todo lo que protagoniza, interviene activamente en la creación y el diseño de múltiples aspectos de sus películas… y a la que te descuides, te enchufa una clase magistral en vídeo de seis horas acerca de «cómo se hace una película».
Amigos para siempre. Al parecer, Glen Powell, coprotagonista de ‘Top Gun: Maverick‘ es ahora muy amigo de Tom Cruise. No tiene nada de extraño: el aura que desprende este actor doscientos por cien norteamericano (un poco la versión masculina de Sydney Sweeney) tiene mucho que ver con la que poseía Cruise cuando era algo más joven. Es en este contexto cuando surgió, en medio de una entrevista, la revelación: cuando intimas con Cruise, te manda a la escuela. Una diseñada por la propia superestrella.
Seis horas de clase magistral. Cruise mandó a Powell a un cine de Los Angeles que había vaciado solo para su amigo, y allí el sorprendido actor se encontró con una clase magistral de cine: cómo funcionan las películas, cómo se hacen, todos los conocimientos y experiencia que Cruise había acumulado en décadas de profesión contados a lo largo de seis horas. Al principio, Poiwell creía que iba a ver una proyección para varias personas y que él era un invitado más. Pero se encontró solo en la sala.
Puro Tom. Es complicado imaginar algo más Tom Cruise que un vídeo de seis horas de la estrella, hasta las trancas de entusiasmo juvenil, contándote todo sobre el cine. Cosa que puede hacer, porque como dice Powell, «en lo que siento que somos almas gemelas es en que está obsesionado con las películas. Esa fue nuestra forma de comunicarnos en el set. El tío conocía todos los departamentos, podía interactuar sin problemas con todos, ser amable y respetuoso, y comunicar su visión.»
Por eso, según Powell, el vídeo consistía en Cruise mirando a cámara, enseñando la utillería de un rodaje y diciendo cosas como «¿Todos estamos de acuerdo en que esto es lo que es una cámara? Esta es la diferencia entre una cámara de cine y una cámara digital…»
Y de propina, aviación. Pero eso no es todo, que seis horas dan para mucho. Por algún motivo, Cruise piensa que pilotar aviones es algo esencial para hacer cine, y el vídeo incluye buena parte de sus conocimientos como piloto. De nuevo según Powell: «La parte más divertida es la que es sobre volar, es como si hubiera montado toda una escuela de vuelo. Así que literalmente, dice en el vídeo: ‘OK, esto es lo que es un avión. Así es como vuelan las cosas. Así es como funciona la presión del aire…'»
A tope con Tom. Este entusiasmo por el cine es inaudito, pero es la imagen que Cruise ha ido elaborando poco a poco, cincelando una imagen pública muy peculiar. Su extraordinaria disciplina, ética de trabajo y capacidad física, que le permiten realizar arriesgadas escenas de acción sin dobles ni trucos, sorprenden a sus más de 60 años. Entrena siete días a la semana y supera límites físicos y mentales en cada estreno, ha realizado más de 500 saltos en paracaídas y la autenticidad es un reto absoluto para él.
Con alguien así, absolutamente insólito en la industria, grabar un vídeo de seis horas con todo lo que sabes sobre cine es una broma.
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Ser amigo íntimo de Tom Cruise tiene un bonus especial: ver en exclusiva una lección magistral de cine que dura seis horas
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John Tones
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